Aquella experiencia que me abrió los ojos porque la viví en primera persona, fue en un viaje a Marrakech hace dos veranos.
Pasando por alto lo que podríamos denominar diferencias culturales o religiosas, el hecho que me hizo aterrizar en la certeza más evidente de la brecha de género de ese país fue tan simple como la interacción social de mi pareja con los hombres de aquella maravillosa ciudad. Cada vez que ella preguntaba por una dirección de algún lugar a un hombre, este en vez de contestarla a ella se dirigía a mí y me respondía a la pregunta que ella había formulado. Fue en ese preciso momento en el que me percaté de que lo que pensaba inicialmente que era cuestión cultural o religiosa no era más que la discriminación respecto a género que se vivía en ese país.
A los pocos días me preguntaba, si ellos eran conscientes de que ese comportamiento era discriminatorio o estaba tan interiorizada la desigualdad de género que ni siquiera eran conscientes de que con ese comportamiento discriminaban a la mujer.
¿Tú que opinas?
Marruecos obtiene en la clasificación de los equal measures 2030,2019 ocupando una posición bastante por debajo de la media del resto de países del índice, concretamente la posición 88 de un total de 129 y con una puntuación de 59,3 colocándola en una agrupación de puntuación muy deficiente, cumpliendo con tan solo cuatro de los 17 ODS.
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